viernes, 13 de abril de 2012

La plata


No sé si es de familia, de clase social media que se sostiene en el débil equilibrio de lo justo y necesario, no sé, el tema es que siempre estoy atento, pendiente, alerta, básicamente preocupado por esos papeles plásticos de colores con caras de supuestos héroes de la historia de este país tercermundista que vive preocupado, alerta, pendiente y atento a la plata… La cosa es que me perdí, fui a comprar el súper mercado que acompañó tu gestación, el de Rancagua con Seminario, y también a pagar una cuenta, y me cobraron de más (espero hoy no seguir teniendo trato con esa compañía ladrona) y me preocupaban mis ahorros y no sabía si pagar o si comprar, o no, qué comprar, cuanto, poco, algo, nada, etc. Al final me decidí a gastar, y volviendo a la casa, la de Seminario 170, muy angustiádico (como díjoco la Violetica) por todo este vaivén económico- moral reflejo de mi tacañería y conciencia del que guarda siempre tiene  pero que no goza tanto, con toda esa angustia cotidianizada, caminando por la vereda oriente de Seminario, miré hacia arriba, un árbol, sus hojas, ramas, meciéndose, suave, ahí, el tronco, firme, ahí, desde hace tanto, enraizado, tranquilo, el árbol, sin temas más importantes que ser y estar, presente, respiré y pensé…  me preocupo de puras weás no ma.

1 comentario:

  1. te amo

    y a nuestro poroto

    y gracias arbolitos por su sabiduria de ser...

    ResponderEliminar