No sé si es
de familia, de clase social media que se sostiene en el débil equilibrio de lo
justo y necesario, no sé, el tema es que siempre estoy atento, pendiente,
alerta, básicamente preocupado por esos papeles plásticos de colores con caras
de supuestos héroes de la historia de este país tercermundista que vive
preocupado, alerta, pendiente y atento a la plata… La cosa es que me perdí, fui
a comprar el súper mercado que acompañó tu gestación, el de Rancagua con Seminario,
y también a pagar una cuenta, y me cobraron de más (espero hoy no seguir
teniendo trato con esa compañía ladrona) y me preocupaban mis ahorros y no sabía
si pagar o si comprar, o no, qué comprar, cuanto, poco, algo, nada, etc. Al final
me decidí a gastar, y volviendo a la casa, la de Seminario 170, muy angustiádico
(como díjoco la Violetica) por todo este vaivén económico- moral reflejo de mi
tacañería y conciencia del que guarda siempre tiene pero que no goza tanto, con toda esa angustia
cotidianizada, caminando por la vereda oriente de Seminario, miré hacia arriba,
un árbol, sus hojas, ramas, meciéndose, suave, ahí, el tronco, firme, ahí, desde
hace tanto, enraizado, tranquilo, el árbol, sin temas más importantes que ser y
estar, presente, respiré y pensé… me
preocupo de puras weás no ma.
te amo
ResponderEliminary a nuestro poroto
y gracias arbolitos por su sabiduria de ser...